miércoles, 17 de febrero de 2010

Sin Magia Para Vivir (fragmento) / Rodolfo Kusch

"Uno de los motivos por los cuales rechazamos el altiplano, estriba en que allá se cree en la magia, y nosotros aquí en Buenos Aires, ya no creemos en ella. Somos extraordinariamente realistas y prácticos, por cuanto creemos en la realidad.
¿Y qué es realidad para nosotros? Pues eso que se da delante de uno: las calles, las paredes, los edificios, el río, la motaña o la llanura. Todo esto no se puede modificar, porque no puedo cambiar de lugar una casa, ni alterar la orientación de una calle, ni puedo traspasar diagonalmente una manzana para llegar a mi hogar, ya que mi cuerpo es mucho más endeble que las paredes. La realidad indudablemente se impone porque es dura, inflexible y lógica. Más aún, es una especie de punto de referencia para nuestra vida, porque, cuando andamos mucho en las nubes, viene una persona práctica y nos dice: "hay que estar en la realidad"."

(Fuente: Rodolfo Kusch, Obras completas(vl), Indios, porteños y dioses, Buenos Aires, Editorial Fundación Ross.)

El Libro de Yukel (fragmentos) / Edmond Jabes


1. La parte del bien

Tú eres rico. La palabra te es dada.
REB ELAIM


-¿En qué Piensas?
-En la tierra.
-Pero estás en la tierra.
-Pienso en la tierra en que estaré.
-Estamos uno frente a otro y tenemos los pies en la tierra.
-No conozco más que las piedras del camino que lleva,
dicen, a la tierra.


Esculpir el Tiempo (fragmento) / Andrei Tarkovski

"Aún hoy recordamos la genial película La llegada de un tren, presentada ya el siglo pasado y con la que comenzó todo. La tan conocida película de Auguste Lumière se rodó sólo porque en aquél entonces se había descubierto la cámara de cine, la película y el proyector. En aquella película, que no dura más de medio minuto, se ve un trozo de andén iluminado por el sol; personas que van y vienen y, finalmente, un tren que desde el fondo de la imagen se acerca directamente a la cámara. Cuando más se acercaba el tren, tanto más cundió entonces el pánico entre los espectadores: la gente se levantó y echó a correr, buscando la salida. En aquel momento nació el arte cinematográfico."

Escenas de la Vida Posmoderna (Fragmento) / Beatriz Sarlo

"El shopping es un artefacto perfectamente ade cuado a la hipótesis del nomadismo contemporáneo: cualquiera que haya usado alguna vez un shopping puede usar otro, en una ciudad diferente y extraña de la que ni siquiera conozca la lengua o las costum bres. Las masas temporariamente nómades que se mueven según los flujos del turismo, encuentran en el shopping la dulzura del hogar donde se borran los contratiempos de la diferencia y del malentendido. Después de una travesía por ciudades desconocidas, el shopping es un oasis donde todo marcha exacta mente como en casa; del exotismo que deleita al tu rista hasta agotarlo, se puede encontrar reposo en la familiaridad de espacios que siguen conservando al gún atractivo dado que se sabe que están en el "ex tranjero", pero que, al mismo tiempo, son idénticos en todas partes. Sin shoppings y sin Clubs Mediterranée el turismo de masas sería impensable: ambos proporcionan la seguridad que sólo se siente en la casa propia sin perder del todo la emoción produci da por el hecho de que se la ha dejado atrás. Cuan do el espacio extranjero, a fuerza de incomunica ción, amenaza como un desierto, el shopping ofrece el paliativo de su familiaridad."

Escenas de la vida posmoderna; Intelectuales, arte y videocultura en la Argentina. Beatriz Sarlo

Santos Lugares / Luisa Futoransky

El país no existe.
Después de quince años la calle natal había cambiado de nombre y las casas no sólo eran otras sino que ni siquiera conservaban sus números catastrales.
Sólo la ajada fotografía de mamá con trenzas y el abuelo a su lado, existe.

Mamá no peina trenzas y el abuelo murió hace cuarenta años.

Aprendizajes / César Brañas


Si tuve en los caminos insensato
afán de regresar, y si del viaje
no me quedó sino el amable dato
de algún humilde ocasional paraje;

si el mar me dio tan sólo el inmediato
goce de la canción de su oleaje,
montaña, cielo y mar en su arrebato
me enseñaron su pítico lenguaje.

Mi aprendizaje fue harto sencillo,
de ciego que no urgió de lazarillo;
cuanto buscaba en mí mismo escondía;

para cumbres y mar mi desencanto,
para caminos mi melancolía,
¡que todo regresaba, en mí, a mi llanto!


Nostalgia / Mario Benedetti

¿De qué se nutre la nostalgia?
Uno evoca dulzuras
cielos atormentados
tormentas celestiales
escándalos sin ruido
paciencias estiradas
árboles en el viento
oprobios prescindibles
bellezas del mercado
cánticos y alborotos
lloviznas como pena
escopetas de sueño
perdones bien ganados
pero con esos mínimos
no se arma la nostalgia
son meros simulacros
la válida la única
nostalgia es de tu piel.

Mario Benedetti

Oh capitán, mi capitán (fragmento) / Walt Withman

Oh Capitán, mi Capitán:

nuestro azaroso viaje ha terminado.
Al fin venció la nave y el premio fue ganado.
Ya el puerto se halla próximo,
ya se oye la campana
y ver se puede el pueblo que entre vítores,
con la mirada sigue la nao soberana.

Mas ¿no ves, corazón, oh corazón,
cómo los hilos rojos van rodando
sobre el puente en el cual mi Capitán
permanece extendido, helado y muerto?

Oh Capitán, mi Capitán:
levántate aguerrido y escucha cual te llaman.
tropeles de campanas.

(Versión de Nicolás Bayona Posada)

Walt Withman

La canción de la última cita / Anna Akhmatova

Se enfriaba, desvalido, mi pecho,
pero eran ligeros mis pasos.
Me puse en la mano derecha
el guante de la mano izquierda.

¡Me pareció que había muchos peldaños
aunque sabía que eran sólo tres!
Un murmullo otoñal entre los arces
me pidió: “¡Muere conmigo!

¡Oye: una suerte penosa,
inconstante y mala me engañó!”
Le contesté: “¡Querido mío:
a mí también. Contigo moriré!”

Esta es la canción de la última cita.
Eché una mirada a la casa sombría.
Tan sólo en la alcoba ardían las velas
con una llama indiferente y mustia.

1912

Versión de Jorge Bustamante García

Aurora (fragmento) / A. Rimbaud

A través de los abetos: en la cima plateada reconocí

a la diosa.

Entonces retiré uno a uno los velos. En el camino,

Agitando los brazos. A través de la llanura, donde

la denuncié al gallo. En la gran ciudad, ella huía

entre los campanarios. Y las cúpulas, y yo la perseguí

corriendo como un mendigo sobre los muelles

de mármol.

En lo alto del camino, cerca de un bosque

De laureles, la rodeé con sus velos amontonados y sentí

Algo de su inmenso cuerpo. La aurora y el niño cayeron

Al pie del bosque.

Al despertar era mediodía.


Arthur Rimbaud

La escritura del Dios (fragmento) – Jorge Luis Borges.


“Un hombre se confunde, gradualmente con la forma de su destino; un hombre es, a la larga, sus circustancias. Más que un descifrador o un vengador, más que un sacerdote del dios, yo era un encarcelado. Del incansable laberinto de sueños yo regresé como a mi casa a la dura prisión. Bendije su humedad, bendije su tigre, bendije el agujero de luz, bendije mi viejo cuerpo doliente, bendije la tiniebla y la piedra.”




Viaje a un país de Cronopios / Julio Cortázar

La embajada de los cronopios cronopios.

Los cronopios viven en diversos países, rodeados de una gran cantidad de famas y de esperanzas, pero desde hace un tiempo hay un país donde los cronopios han sacado las tizas de colores que siempre llevan consigo y han dibujado un enorme SE ACABÓ en las paredes de los famas, y con letra más pequeña y compasiva la palabra DECÍDETE en las paredes de las esperanzas, y como consecuencia de la conmoción que han provocado estas inscripciones, no cabe la menor duda de que cualquier cronopio tiene que hacer todo lo posible para ir inmediatamente a conocer ese país.

Extraído de “La vuelta al día en ochenta mundos” de Julio Cortázar, publicado en 1967 por Siglo XXI.